Nuevos aires de Navidad.
El cielo amanece y trae un nuevo aire a este día, quizás un poco perfumado de aquellas épocas anteriores en que para estos tiempos todo era gozo, obsequios y asombrosas cenas, pero más que eso, la unión y la reconciliación se hacían visibles como banderas que marcaban un nuevo tiempo de armonía, pero ahora con un aroma menos dulce, más seco y lleno de agridulzuras.
Estas navidades yacen empolvadas de recuerdos y bellas nostalgias de los buenos tiempos del pasado que rocían de melancolía estas tardes decembrinas en que ya no se oyen muchos niños cantar alegrías, no se ven familias bailando las 4 fiestas, ni casas decoradas de la verdadera luz que iluminaría sus almas: la de la alegría; tan sólo yacen ecos de olvido para las almas sumergidas en infortunios, que no poseen hogar, ni pan, ni abrigo...sólo soledad, tristeza y olvido.
Las pasabocas, el pavo y la champañas juegan a cumplir el papel de ayudarnos a pasar el trago amargo de las angustias que nos aquejan, los odios que guardamos, las injusticias que observamos, las amarguras que nos inquietan, los desamores que nos revientan y las tristezas que nos penetran.
Cada quien resguarda un invierno de vicisitudes que no alcanza para darle paso a la primavera de bienandanzas; cada quien construye un castillo de felicidad artificial, que no alcanza para ni siquiera compartirla con los demás; cada quien hace listas de deseos sin llenar líneas de buenos pensamientos para el ajeno; cada quien celebra una nueva navidad cada día sin incluir al desdichado que quizás no tenga ni para la natilla.
Año tras año, las navidades pierden esencia y se hincan en nuevas tendencias, las cuales parecen, se tratan de restar importancia a las malas hazañas que realizamos, y al buen acto de ofrecer perdón y fortalecer los vínculos de unión familiar y social. Si tan sólo nos moviera algo más que la bolsa de regalo, la música, el buñuelo y el pavo.
martes, 25 de diciembre de 2012
Nuevos aires de navidad.
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lunes, 1 de octubre de 2012
Érase una vez la muerte.
… Érase una vez la muerte …
Los
días han muerto para esta alma pecadora; su cuerpo yace tendido sin un
respiro en el umbral del universo desconocido: cielo o infierno, la nada
o el infinito. No quedan pasos que dar ni caminos que recorrer en el
portal de vida dejado atrás. Sólo yace la carretera que conduce al
destino de las ánimas mortales...al más allá.
La
muerte, indeseable y provocativa a la vez. Como un pasillo al que nos
asusta atravesar, pero no podemos negar la ansiedad por saber lo que se
esconde allí detrás de él. Todos sabemos que llegaremos, no sabemos la
hora exacta, el lugar, y en ocasiones, ni la forma, pero sabemos que
allí la puerta estará abierta desde el momento en que la vida nos abrió
la suya.
Cuántos
anhelos, cuántas alegrías, cuantos besos, abrazos y caricias
petrificadas en el pasado de tu anterior vivir, ¿qué me llevo? ¿existirá
el reencarnar de almas? ¿debo someterme al juicio final y al próximo
destino que un dios cualquiera quiera decidir? ó ¿simplemente aceptar
que el fin ha llegado y comprender que mi existencia sea reducida a un
kilo de huesos y piel pútridos enterrados en cemento, con la única
esperanza de ser recordados a través de una lápida cubierta de flores
vivas que se marchitan con el mar de lágrimas de los entes que aún
respiran en aquel pasado: mi pasado?
Ustedes
hablan de muertes bonitas. Nadie puede decir qué muerte es más bonita;
si la que resulta de una enfermedad terminal, un disparo ajeno por
razones miserables, un desastre natural catastrófico, un suicidio
absurdo, ó la tal causa natural. Ustedes hablan de decidir por otros, de
elegir su vivir y su muerte, Ustedes claman por la muerte de algunos
como única vía al descanso eterno. Ustedes matan cada día y nosotros
morimos cada minuto. ¿Cuántas muertes existen? No sólo una, Miles. No es
sólo muerte física, no es sólo muerte espiritual. Muere un mundo tras
el fin de una vida. ¿Y cuántos valoran esa vida?
No hay tal elixir de la vida...
“Me
voy de éste mundo sin la sonrisa con que planeaba despedirme. Nunca
comprendí por qué la gente asesinaba”. Epitafio (Annabel)
Annabel A. P.
Ubicación:
Santa Marta, Colombia
sábado, 28 de julio de 2012
Celebración de amor.
Amar no es un gusto, no es un sentimiento, decía un amigo; los gustos son efímeros y los sentimientos volubles. Amar, para mi, es una constante lucha por la necesidad, ¿de qué? de seguir viviendo, pues como motor de vida, es el que nos impulsa a todo. ¿Quién no despierta cada día por amor? ¿Quién no ha roto barreras por amor? Y, ¿quién no ha atravesado fronteras por amor?
Existen múltiples expresiones de amor, todas y cada una de ellas han llenado nuestras vidas de una manera sublime. Celebremos el amor; el puro, el verdadero, el diáfano. En él no caben distinciones de raza, orientación sexual, posición social o religión. En él sólo cabe la paciencia, la tolerancia, la amistad, la complicidad, la comunicación y por supuesto, la pasión.
Durante cuatro años de mi vida he vivido bajo el encanto de esta extraña sensación: el vivir enamorada. Años enteros de amor y rivalidad; de fuerza y debilidad; de tristeza y felicidad; de abandono y entrega. Momentos dulces y agridulces; de estabilidad y desenfreno; de tranquilidad y angustia; de pasión y tedio y de esperanza y desesperación. Contigo lo tengo todo; lo que necesito y lo que no.
Hablar de amor solía ser un terreno el cual yo no quería pisar. La angustia que me producía el tener que enfrentar al amor y estar predispuesta al sufrimiento era una situación que de mi futuro quería descartar. Sinceramente, hay que vivir las historias para aprender a juzgar, y bastó tener la mía para saber que no podía haber perdido la oportunidad de vivir esta aventura sin igual.
Qué rico es celebrar un cumpleaños, y más si es para celebrar el amor; ése que tantas emociones despierta; ése que trasciende toda clase de sentimientos; ése del que tanto alardeo hoy. Y hoy es mi cuarto año de amor, mi aniversario, y que no sea el último, eso espero yo.
¡Felíz cumpleaños, mi amor! (24/06/08)
Annabel Lee.
Nuestro día está por llegar.
Veintidos, un día más en el calendario y aquí estoy yo, anticipando la llegada del día después de mañana. Y parece que hubiese sido ayer en que me fijé en tu mirada por primera vez. Tan sólo éramos unas chicas sin terminarse de criar, viendo la vida como un eterno resplandor y acariciando las mieles del amor como si fuera un exquisito pie que apenas empezábamos a probar.
Divina fue la forma en que te adentraste en mis entrañas; divino fue el placer que me proporcionaron tus inexpertos labios; divina tu capacidad de hacer latir, más que al corazón, al alma, y divinas fueron tus palabras, que en la distancia, siempre albergaron mis miedos y desasosiegos.
Hoy recordarte me sabe a agridulce. Estás tan cerca, pero tan lejos; amándome y sin poder besarme; soñándome y sin poder hablarme; deseándome y sin poder tocarme. Te aíslas en un mundo diferente al mío, llenando de incertidumbre el futuro de nuestros días y queriendo transformar nuestro amor en un recuerdo de pasiones escondidas que vivieron en constante agonía.
Amarte más no pude, y las ansias de querer amarte a diario quizás no bastaron para ser motivo de lucha. Fui paciente, pero débil; soñadora, pero poco fuerte. Amarte ha sido una travesía y olvidarte un verdadero desafío. Nuestro día está por llegar, pero qué triste será despertar y saber que a mi lado ya no estás.
Extrañándote 24/7
Jueves, el último día que te vi, te respiré, te acaricié, y por supuesto, te besé. Y fue como un suspiro descuidado, el tiempo total del día, de la semana, no alcanza para amarte tanto. Aunque finalizamos con un agrio despido, seco y sombrío, yo dormí como princesa encantada, como en esos cuentos de finales felices; lo triste del día siguiente fue despertar de ese sueño y percatarme de que ya no estabas, que nuestros tratos habían cambiado, que parecíamos volver al pasado, a aquel pésimo pasado, claro, en el que presumíamos desconocernos.
Viernes, y seguimos nuestra historia, ¿una nueva historia? Flash backs de nuestros más bellos momentos no puedo evitar tenerlos en mente. ¿Y ahora qué viene? mi cándida mujer demente, que me arrebata las emociones intrínsecas de mi ser. ¿Acaso estás escribiendo un nuevo rumbo en tu vida? ¿uno que ni siquiera me incluye? Mi futuro contigo me genera dudas, pues esos pasados contigo han sido turbios y nuestro presente veleidoso.
Sábado, y aún no consigo ubicarme en nuestra nueva dirección. Más preguntas y preguntas surgieron hoy hacia nosotras. ¿Qué somos? ¿Qué hacemos?¿A dónde iremos? Sinceramente, te imagino sentada, protestando mentalmente contra todos mis actos frívolos y versátiles, preguntándote si te pienso si quiera un instante de mi día, si he decidido concienciarme y recapacitar ante mis errores. Pero no, yo permanezco intacta, quizás igual que siempre, inmóvil ante nuestras pocas esperanzas de hacer sobrevivir este amor.
Domingo, día de labores caseras. Hoy como siempre, miré el reloj de mi celular, revisé mi buzón de sms y hasta el registro de mis llamadas, pero no estabas tú; no había ni siquiera rastro de que por un segundo de este día, en tu cabeza yo haya rondado. Limpié, barrí, moví todo de lugar, aclaré la suciedad de mi espacio. ¿Pero mi alma? mi alma sigue vagabunda, moribunda y con la tinta de tu amor indeleble.
Desastre de amor.
Me encuentro aquí, tratando de reseñar de alguna forma mis sentimientos, queriendo descubrir como descifrar lo que siento, como plasmar lo que hay en mis adentros. Trato de buscar esa respuesta, esa que responda a tantas de sus preguntas…¿me amas? ¿me deseas? ¿qué hay dentro de ti? Y yo sólo callo y pienso…¿aún estará ahí? ¿seguirá latente en mi? Si no es así, ¿a dónde se ha ido?
Es difícil, al menos para mi, dar con las respuestas a aquellas preguntas; es como una clase de problema matemático, no tengo ni siquiera la fórmula. A veces no quiero imaginar que todo se haya ido, porque en su momento, todo fue increíble, todo fue como un sueño…¿y ahora? ¿Qué queda de aquella fantasía?
¿Sabes qué quiere decir cuando quieres a esa persona, pero no tan cerca de ti? Pero, a veces no puedo vivir sin ella, a veces es como si mi mundo girara a su entorno, como si no quisiera ser más que el aire que sus pulmones reciben, la brisa que roza su mejilla, o simplemente la lluvia que a sus labios remoja.
¿No es esto una melodía sin son ni ton? Es como navegar sin barco, sin timón ni buen tiempo…es un desastre de amor.
Annabel Lee.
Buenos amaneceres.
Sol brillante, núbes lúcidas…buenos amaneceres.
Annabel Lee.
Con los rayos de sol estrellados en mi rostro me despierto esta mañana, con mi sábana envuelta de sueños reprimidos y de ilusiones desveladas. Cada mañana, como un nuevo comienzo, nos reporta un nuevo chance de existir para nuestras vidas. Así que no es pertinente desaprovechar nuestros despertares, pues ignoramos las maravillas de cada día puesto a nuestro vivir.
Sol solecito, caliéntame un poquito…hoy ó mañana, por toda la semana!
Annabel Lee.
viernes, 27 de julio de 2012
Soledad.
Oh soledad! Qué bella luces cuando así callas, cuando ni tu presencia logra algún disturbio en mi. Eres mi más fiel compañía, el ingrediente perfecto de todos mis días. Y aunque hay quienes no saben vivir contigo, yo no hago más que seguirte, que compartir contigo mis vivires, mis alientos y mis postraciones.
Eventualmente me tropiezo en el camino con seres extraordinarios, que emanan cantidades de buena energía, lo cual es primordial para la vida de los seres humanos. Estamos normalmente acostumbrados a convivir, a dar, recibir, hablar, besar, abrazar, etc. Pero personalmente he hallado la mejor receptora a los auxilios de todas esas necesidades propiamente humanas, y es ella, mi soledad infinita, y evidentemente palpable para mi.
Quizás sean múltiples vivencias las que me han enseñado a ver a la soledad como una aliada para mi alma; traiciones, mentiras, odios y enemigos, todos estos que me hicieron temerosa a las personas. El ser es un objeto predispuesto a tantas destrucciones por otros seres, que definitivamente su única salvación la logrará hallar en algún recóndito lugar, en donde sólo la soledad pueda ser su más íntima amiga.
miércoles, 25 de julio de 2012
.::. Noche turbia .::.
Cae la noche y en un impetuoso infierno se transforma este día. La ligera frescura de la mañana se esfumó en la tarde lúgubre de nubes negras y relámpagos detonantes. Con el olor de la tierna flor que asoma sus pétalos en mi terraza, trato de perfumar esta terrible preocupación que abruma en esta noche a mi alma, por no saber con certeza a dónde irá a parar este hilo de ilusiones rotas.
El río empieza a sonar con alta rudeza, su envoltijo de agua opaca se desborda por la calle trasera de mi casa e inunda mi calma sin importar daño alguno; tan sólo cubre esta tímida mirada, la inunda de llanto y sollozos haciendo a mi cuerpo convulsionar en medio de la crujida tormenta y así es como la noche turbia comienza.
Agujeros en el tejado, llueve piedra y agua a cántaros. Nada ni nadie detiene esta tormenta nocturna. Crece el arroyo en la calle J, y mi terraza se inunda de esa nebulosa. La brisa con prisa viene a alejarme de la tranquila tertulia sostenida entre mi gato y yo; viene, viene a arrasar con sus susurros guturales y dejando a su paso, rastros de desechos arrojados por el equívoco ente humano.
Sola, así he quedado después de los instantes de este embrollado momento. Sola, sin una ilusión, sin mi taza de té, sin mi florecita tierna, sin hilos que tejer. Así termina esta historia, con nudo y sin desenlace, con un comienzo a tientas y sin un final felíz. De esta manera, me despido con un hasta luego, pues queda mucho que barrer aquí, tal vez vuelva con el seguimiento de esta historia, o quizá le invente un final feliz.
Annabel Lee.
Annabel Lee.
.::. La docente del amor .::.
Tierna y noble con un alma de sencillez y bondad, así eres tú mamá; la creadora de cinco vidas, la impulsora de la lucha y el esfuerzo, la defensora de los sueños y la ilustradora de metas cumplidas. Impetuoso y largo ha sido el camino que has recorrido, lleno de tropiezos , pérdidas y obstáculos. Pero tú, luchadora y constante, derribaste toda cadena que amenazara con aprisionarte en una celda del sendero que te impidiera salir adelante.
Me declaro fiel admiradora de la ligereza con que has tomado las adversidades, siempre con una cara amable, y así, el universo ha sabido recompensarte. Nunca echaste a florecer tus penas. Aprendí de ti, que aunque mi jardin interior pareciera estar marchito, hay que abonarlo para que florezca y luzca felíz.
Tú, querida madre, has sido la mejor maestra para mi; la maestra de la vida con cada enseñanza que me has transmitido a través de la ilustración de tu diario vivir. Has sido maestra de ricos y pobres, de buenos y malos, de inquietos y aplomados; una docente con calidad de madre, amiga y consejera; docente de español, matemáticas y hasta de lengua extranjera, pero lo mejor, es que has sido una docente de amor, con total entrega y vocación.
Maestra mía, maestra nuestra, con tu tablero, libro y marcador le has enseñado a casi todo un pueblo las ciencias básicas del aprender, pero en definitiva, tus mejores herramientas han sido sido el cuerpo, alma y corazón con los que impartes tus conocimientos para hacer de muchos de tus alumnos, miembros de una sociedad mejor.
Mamá, hoy quiero agradecerte por todo lo que nos has ofrecido hasta hoy. Sin duda, has sido una gran madre, compañera, hermana, amiga, tía y abuela, de quien todos guardamos hoy día una gran parte en nuestros corazones. Por eso hoy queremos celebrar tu valioso existir, porque has sabido llenar nuestras vidas de ingredientes simples como el hacer felíz.
Querida mía, querida nuestra, ¡felíz cumpleaños! una vez más, y ruego siempre a la luz divina que siga iluminando tu grandiosa vida por mucho tiempo más. ¡Sé feliz por siempre! Te adoro.
Con cariño,
tu hija adorada.
Anabel Arévalo Prada.
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