lunes, 1 de octubre de 2012

Érase una vez la muerte.

Érase una vez la muerte

Los días han muerto para esta alma pecadora; su cuerpo yace tendido sin un respiro en el umbral del universo desconocido: cielo o infierno, la nada o el infinito. No quedan pasos que dar ni caminos que recorrer en el portal de vida dejado atrás. Sólo yace la carretera que conduce al destino de las ánimas mortales...al más allá.


La muerte, indeseable y provocativa a la vez. Como un pasillo al que nos asusta atravesar, pero no podemos negar la ansiedad por saber lo que se esconde allí detrás de él. Todos sabemos que llegaremos, no sabemos la hora exacta, el lugar, y en ocasiones, ni la forma, pero sabemos que allí la puerta estará abierta desde el momento en que la vida nos abrió la suya.


Cuántos anhelos, cuántas alegrías, cuantos besos, abrazos y caricias petrificadas en el pasado de tu anterior vivir, ¿qué me llevo? ¿existirá el reencarnar de almas? ¿debo someterme al juicio final y al próximo destino que un dios cualquiera quiera decidir? ó ¿simplemente aceptar que el fin ha llegado y comprender que mi existencia sea reducida a un kilo de huesos y piel pútridos enterrados en cemento, con la única esperanza de ser recordados a través de una lápida cubierta de flores vivas que se marchitan con el mar de lágrimas de los entes que aún respiran en aquel pasado: mi pasado?


Ustedes hablan de muertes bonitas. Nadie puede decir qué muerte es más bonita; si la que resulta de una enfermedad terminal, un disparo ajeno por razones miserables, un desastre natural catastrófico, un suicidio absurdo, ó la tal causa natural. Ustedes hablan de decidir por otros, de elegir su vivir y su muerte, Ustedes claman por la muerte de algunos como única vía al descanso eterno. Ustedes matan cada día y nosotros morimos cada minuto. ¿Cuántas muertes existen? No sólo una, Miles. No es sólo muerte física, no es sólo muerte espiritual. Muere un mundo tras el fin de una vida. ¿Y cuántos valoran esa vida?


No hay tal elixir de la vida...

“Me voy de éste mundo sin la sonrisa con que planeaba despedirme. Nunca comprendí por qué la gente asesinaba”. Epitafio (Annabel)

Annabel A. P.
                   

                                                       

sábado, 28 de julio de 2012

Celebración de amor.


Amar no es un gusto, no es un sentimiento, decía un amigo; los gustos son efímeros y los sentimientos volubles.  Amar, para mi, es una constante lucha por la necesidad, ¿de qué? de seguir viviendo, pues como motor de vida, es el que nos impulsa a todo. ¿Quién no despierta cada día por amor? ¿Quién no ha roto barreras por amor? Y, ¿quién no ha atravesado fronteras por amor?

Existen múltiples expresiones de amor, todas y cada una de ellas han llenado nuestras vidas de una manera sublime. Celebremos el amor; el puro, el verdadero, el diáfano. En él no caben distinciones de raza, orientación sexual, posición social o religión. En él sólo cabe la paciencia, la tolerancia,  la amistad, la complicidad, la comunicación y por supuesto, la pasión.


Durante cuatro años de mi vida he vivido bajo el encanto de esta extraña sensación: el  vivir enamorada. Años enteros de amor y rivalidad; de fuerza y debilidad; de tristeza y felicidad; de abandono y entrega. Momentos dulces y agridulces; de estabilidad y desenfreno; de tranquilidad y angustia; de pasión y tedio y de esperanza y desesperación. Contigo lo tengo todo; lo que necesito y lo que no.

Hablar de amor solía ser un terreno el cual yo no quería pisar. La angustia que me producía el tener que enfrentar al amor y estar predispuesta al sufrimiento era una situación que de mi futuro quería descartar. Sinceramente, hay que vivir las historias para aprender a juzgar, y bastó tener la mía para saber que no podía haber perdido la oportunidad de vivir esta aventura sin igual.

Qué rico es celebrar un cumpleaños, y más si es para celebrar el amor; ése que tantas emociones despierta; ése que trasciende toda clase de sentimientos; ése del que tanto alardeo hoy. Y hoy es mi cuarto año de amor, mi aniversario, y que no sea el último, eso espero yo.

¡Felíz cumpleaños, mi amor! (24/06/08)

Annabel Lee.


Nuestro día está por llegar.



Veintidos, un día más en el calendario y aquí estoy yo, anticipando la llegada del día después de mañana. Y parece que hubiese sido ayer en que me fijé en tu mirada por primera vez. Tan sólo éramos unas chicas sin terminarse de criar, viendo la vida como un eterno resplandor y acariciando las mieles del amor como si fuera un exquisito pie que apenas empezábamos a probar.

Divina fue la forma en que te adentraste en mis entrañas; divino fue el placer que me proporcionaron tus inexpertos labios; divina tu capacidad de hacer latir, más que al corazón, al alma, y divinas fueron tus palabras, que en la distancia, siempre albergaron mis miedos y desasosiegos.

Hoy recordarte me sabe a agridulce. Estás tan cerca, pero tan lejos; amándome y sin poder besarme; soñándome y sin poder hablarme; deseándome y sin poder tocarme. Te aíslas en un mundo diferente al mío, llenando de incertidumbre el futuro de nuestros días y queriendo transformar nuestro amor en un recuerdo de pasiones escondidas que vivieron en constante agonía.

Amarte más no pude, y las ansias de querer amarte a diario quizás no bastaron para ser motivo de lucha. Fui paciente, pero débil; soñadora, pero poco fuerte. Amarte ha sido una travesía y olvidarte un verdadero desafío. Nuestro día está por llegar, pero qué triste será despertar y saber que a mi lado ya no estás.

Annabel Lee.

Extrañándote 24/7




Jueves, el último día que te vi, te respiré, te acaricié, y por supuesto, te besé.  Y fue como un suspiro descuidado, el tiempo total del día, de la semana, no alcanza para amarte tanto. Aunque finalizamos con un agrio despido, seco y sombrío, yo dormí como princesa encantada, como en esos cuentos de finales felices; lo triste del día siguiente fue despertar de ese sueño y percatarme de que ya no estabas, que nuestros tratos habían cambiado, que parecíamos volver al pasado, a aquel pésimo pasado, claro, en el que presumíamos desconocernos.



Viernes, y seguimos nuestra historia, ¿una nueva historia? Flash backs de nuestros más   bellos momentos no puedo evitar tenerlos en mente. ¿Y ahora qué viene? mi cándida mujer demente, que me arrebata las emociones intrínsecas de mi ser. ¿Acaso estás escribiendo un nuevo rumbo en tu vida? ¿uno que ni siquiera me incluye? Mi futuro contigo me genera dudas, pues esos pasados contigo han sido turbios y nuestro presente veleidoso.


Sábado, y aún no consigo ubicarme en nuestra nueva dirección. Más preguntas y preguntas surgieron hoy hacia nosotras. ¿Qué somos? ¿Qué hacemos?¿A dónde iremos? Sinceramente, te imagino sentada, protestando mentalmente contra todos mis actos frívolos y versátiles, preguntándote si te pienso si quiera un instante de mi día, si he decidido concienciarme y recapacitar ante mis errores. Pero no, yo permanezco intacta, quizás igual que siempre, inmóvil ante nuestras pocas esperanzas de hacer sobrevivir este amor.

Domingo, día de labores caseras. Hoy como siempre, miré el reloj de mi celular, revisé mi buzón de sms y hasta el registro de mis llamadas, pero no estabas tú; no había ni siquiera rastro de que por un segundo de este día, en tu cabeza yo haya rondado. Limpié, barrí, moví todo de lugar, aclaré la suciedad de mi espacio. ¿Pero mi alma? mi alma sigue vagabunda, moribunda y con la tinta de tu amor indeleble.

Annabel Lee.


 






Desastre de amor.


Me encuentro aquí, tratando de reseñar de alguna forma mis sentimientos, queriendo descubrir como descifrar lo que siento, como plasmar lo que hay en mis adentros.  Trato de buscar esa respuesta, esa que responda a tantas de sus preguntas…¿me amas? ¿me deseas? ¿qué hay dentro de ti? Y yo sólo callo y pienso…¿aún estará ahí? ¿seguirá latente en mi? Si no es así, ¿a dónde se ha ido?


Es difícil, al menos para mi, dar con las respuestas a aquellas preguntas; es como una clase de problema matemático, no tengo ni siquiera la fórmula. A veces no quiero imaginar que todo se haya ido, porque en su momento, todo fue increíble, todo fue como un sueño…¿y ahora? ¿Qué queda de aquella fantasía?

¿Sabes qué quiere decir cuando quieres a esa persona, pero no tan cerca de ti? Pero, a veces no puedo vivir sin ella, a veces es como si mi mundo girara a su entorno, como si no quisiera ser más que el aire que sus pulmones reciben, la brisa que roza su mejilla, o simplemente la lluvia que a sus labios remoja.

¿No es esto una melodía sin son ni ton? Es como navegar sin barco, sin timón ni buen tiempo…es un desastre de amor.

Annabel Lee.

Buenos amaneceres.

Sol brillante, núbes lúcidas…buenos amaneceres.
Con los rayos de sol estrellados en mi rostro me despierto esta mañana, con mi sábana envuelta de sueños reprimidos y de ilusiones desveladas. Cada mañana, como un nuevo comienzo, nos reporta un nuevo chance de existir para nuestras vidas.  Así que no es pertinente desaprovechar nuestros despertares, pues ignoramos las maravillas de cada día puesto a nuestro vivir.
Sol solecito, caliéntame un poquito…hoy ó mañana, por toda la semana!

Annabel Lee.

viernes, 27 de julio de 2012

Soledad.


Oh soledad! Qué bella luces cuando así callas, cuando ni tu presencia logra algún disturbio en mi. Eres mi más fiel compañía, el ingrediente perfecto de todos mis días. Y aunque hay quienes no saben vivir contigo, yo no hago más que seguirte, que compartir contigo mis vivires, mis alientos y mis postraciones.



Eventualmente me tropiezo en el camino con seres extraordinarios, que emanan cantidades de buena energía, lo cual es primordial para la vida de los seres humanos. Estamos normalmente acostumbrados a convivir, a dar, recibir, hablar, besar, abrazar, etc. Pero personalmente he hallado la mejor receptora  a los auxilios de todas esas necesidades propiamente humanas, y es ella, mi soledad infinita, y evidentemente palpable para mi.



Quizás sean múltiples vivencias las que me han enseñado a ver a la soledad como una aliada para mi alma; traiciones, mentiras, odios y enemigos, todos estos que me hicieron temerosa a las personas. El ser es un objeto predispuesto a tantas destrucciones por otros seres, que definitivamente su única salvación la logrará hallar en algún recóndito lugar, en donde sólo la soledad pueda ser su más íntima amiga.


Annabel Lee.