martes, 9 de julio de 2013

Llorona




Décadas de intensa agonía cargas en tus pasos
Tus trajes yacen desgarrados por el frío de la noche
Los que te escuchan, ignoran tus voces
Y los que no, ruegan porque jamás los roces.

Tus llantos son el eco de la nostalgia de tu pasado
Deambulas por las calles, sin rumbo fijo, pero con prisa
Recorriendo a tientas el obscuro y silencioso pasillo,
Por el que creíste haber abandonado una vida.

Tu rostro es incierto
Y tu desarreglada cabellera desconcierta
Tu belleza es ajena a tu cuerpo,
Pero propia de tu vil inocencia.

Lloras el peso del pecado
Pides a gritos el perdón
Eres un alma joven penando
Evocando miedo y dolor.

Llorona, la soledad es tu castigo
Te señalan por tu crueldad
Tu crimen es el testigo
De tu inhumano accionar. 



domingo, 23 de junio de 2013

Lienzo de piel.




El sol desaparecía y la tarde iba cerrando sus puertas,
mientras la luna despertaba y la noche daba paso a un cielo estrellado.
La ocasión prometía ser una artística obra de amor; nuestros cuerpos serían el lienzo, y nuestros besos y caricias la tinta de la pasión.

Era esa, tu piel, una tersa tela que combinaba muy bien con mi cálido cuerpo terciopelo.
Los colores de tus besos eran intensos; pasaban del más suave rosa, al rojo carmín apasionado. Juro que nunca quisiera borrar la tinta que dejaron ellos en mí.

Toda la noche encendimos la luz del amor, e hizo de este episodio una velada brillante.
Tus dedos jugaron a ser pinceles, que dibujaron a su antojo a través de toda mi piel los deseos más inimaginables que guardabas dentro de tu ser.

Mi piel fue el mejor lienzo donde supiste dibujar el paisaje de tus sueños húmedos.
Creaste la primera obra de amor que nadie jamás antes dibujó  en mí, y la hiciste perfecta, única; con las mejores tonalidades de tus tintas, esas que brotaban de tu cuerpo y se impregnaban en mi ser como un tatuaje permanente.








domingo, 19 de mayo de 2013

Miau


Eres más que una bola de pelos
Tú, mi cómplice en tus 7 vidas
Tan incondicional como lo puede un canino ser
Tienes misterio y toque encantador en tus caricias.

Muchos desconocen tu poder enternecedor
Pocos han descubierto la solidez de tu amistad
Sucede que envidian tu independencia,
Pero nosotros admiramos tu libertad.


martes, 25 de diciembre de 2012

Nuevos aires de navidad.

Nuevos aires de Navidad.

El cielo amanece y trae un nuevo aire a este día, quizás un poco perfumado de aquellas épocas anteriores en que para estos tiempos todo era gozo, obsequios y asombrosas cenas, pero más que eso, la unión y la reconciliación se hacían visibles como banderas que marcaban un nuevo tiempo de armonía, pero ahora con un aroma  menos dulce, más seco y lleno de agridulzuras.

Estas navidades yacen empolvadas de recuerdos y bellas nostalgias de los buenos tiempos del pasado que rocían de melancolía estas tardes decembrinas en que ya no se oyen muchos niños cantar alegrías, no se ven familias bailando las 4 fiestas, ni casas decoradas de la verdadera luz que iluminaría sus almas: la de la alegría; tan sólo yacen ecos de olvido para las almas sumergidas en infortunios, que no poseen hogar, ni pan, ni abrigo...sólo soledad, tristeza y olvido.

Las pasabocas, el pavo y la champañas juegan a cumplir el papel de ayudarnos a pasar el trago amargo de las angustias que nos aquejan, los odios que guardamos, las injusticias que observamos, las amarguras que nos inquietan, los desamores que nos revientan y las tristezas que nos penetran. 

Cada quien resguarda un invierno de vicisitudes que no alcanza para darle paso a la primavera de bienandanzas; cada quien construye un castillo de felicidad artificial, que no alcanza para ni siquiera compartirla con los demás; cada quien hace listas de deseos sin llenar líneas de buenos pensamientos para el ajeno; cada quien celebra una nueva navidad cada día sin incluir al desdichado que quizás no tenga ni para la natilla.

Año tras año, las navidades pierden esencia y se hincan en nuevas tendencias, las cuales parecen, se tratan de restar importancia a las malas hazañas que realizamos, y al buen acto de ofrecer perdón y fortalecer los vínculos de unión familiar y social. Si tan sólo nos moviera algo más que la bolsa de regalo, la música, el buñuelo y el pavo.



lunes, 1 de octubre de 2012

Érase una vez la muerte.

Érase una vez la muerte

Los días han muerto para esta alma pecadora; su cuerpo yace tendido sin un respiro en el umbral del universo desconocido: cielo o infierno, la nada o el infinito. No quedan pasos que dar ni caminos que recorrer en el portal de vida dejado atrás. Sólo yace la carretera que conduce al destino de las ánimas mortales...al más allá.


La muerte, indeseable y provocativa a la vez. Como un pasillo al que nos asusta atravesar, pero no podemos negar la ansiedad por saber lo que se esconde allí detrás de él. Todos sabemos que llegaremos, no sabemos la hora exacta, el lugar, y en ocasiones, ni la forma, pero sabemos que allí la puerta estará abierta desde el momento en que la vida nos abrió la suya.


Cuántos anhelos, cuántas alegrías, cuantos besos, abrazos y caricias petrificadas en el pasado de tu anterior vivir, ¿qué me llevo? ¿existirá el reencarnar de almas? ¿debo someterme al juicio final y al próximo destino que un dios cualquiera quiera decidir? ó ¿simplemente aceptar que el fin ha llegado y comprender que mi existencia sea reducida a un kilo de huesos y piel pútridos enterrados en cemento, con la única esperanza de ser recordados a través de una lápida cubierta de flores vivas que se marchitan con el mar de lágrimas de los entes que aún respiran en aquel pasado: mi pasado?


Ustedes hablan de muertes bonitas. Nadie puede decir qué muerte es más bonita; si la que resulta de una enfermedad terminal, un disparo ajeno por razones miserables, un desastre natural catastrófico, un suicidio absurdo, ó la tal causa natural. Ustedes hablan de decidir por otros, de elegir su vivir y su muerte, Ustedes claman por la muerte de algunos como única vía al descanso eterno. Ustedes matan cada día y nosotros morimos cada minuto. ¿Cuántas muertes existen? No sólo una, Miles. No es sólo muerte física, no es sólo muerte espiritual. Muere un mundo tras el fin de una vida. ¿Y cuántos valoran esa vida?


No hay tal elixir de la vida...

“Me voy de éste mundo sin la sonrisa con que planeaba despedirme. Nunca comprendí por qué la gente asesinaba”. Epitafio (Annabel)

Annabel A. P.
                   

                                                       

sábado, 28 de julio de 2012

Celebración de amor.


Amar no es un gusto, no es un sentimiento, decía un amigo; los gustos son efímeros y los sentimientos volubles.  Amar, para mi, es una constante lucha por la necesidad, ¿de qué? de seguir viviendo, pues como motor de vida, es el que nos impulsa a todo. ¿Quién no despierta cada día por amor? ¿Quién no ha roto barreras por amor? Y, ¿quién no ha atravesado fronteras por amor?

Existen múltiples expresiones de amor, todas y cada una de ellas han llenado nuestras vidas de una manera sublime. Celebremos el amor; el puro, el verdadero, el diáfano. En él no caben distinciones de raza, orientación sexual, posición social o religión. En él sólo cabe la paciencia, la tolerancia,  la amistad, la complicidad, la comunicación y por supuesto, la pasión.


Durante cuatro años de mi vida he vivido bajo el encanto de esta extraña sensación: el  vivir enamorada. Años enteros de amor y rivalidad; de fuerza y debilidad; de tristeza y felicidad; de abandono y entrega. Momentos dulces y agridulces; de estabilidad y desenfreno; de tranquilidad y angustia; de pasión y tedio y de esperanza y desesperación. Contigo lo tengo todo; lo que necesito y lo que no.

Hablar de amor solía ser un terreno el cual yo no quería pisar. La angustia que me producía el tener que enfrentar al amor y estar predispuesta al sufrimiento era una situación que de mi futuro quería descartar. Sinceramente, hay que vivir las historias para aprender a juzgar, y bastó tener la mía para saber que no podía haber perdido la oportunidad de vivir esta aventura sin igual.

Qué rico es celebrar un cumpleaños, y más si es para celebrar el amor; ése que tantas emociones despierta; ése que trasciende toda clase de sentimientos; ése del que tanto alardeo hoy. Y hoy es mi cuarto año de amor, mi aniversario, y que no sea el último, eso espero yo.

¡Felíz cumpleaños, mi amor! (24/06/08)

Annabel Lee.


Nuestro día está por llegar.



Veintidos, un día más en el calendario y aquí estoy yo, anticipando la llegada del día después de mañana. Y parece que hubiese sido ayer en que me fijé en tu mirada por primera vez. Tan sólo éramos unas chicas sin terminarse de criar, viendo la vida como un eterno resplandor y acariciando las mieles del amor como si fuera un exquisito pie que apenas empezábamos a probar.

Divina fue la forma en que te adentraste en mis entrañas; divino fue el placer que me proporcionaron tus inexpertos labios; divina tu capacidad de hacer latir, más que al corazón, al alma, y divinas fueron tus palabras, que en la distancia, siempre albergaron mis miedos y desasosiegos.

Hoy recordarte me sabe a agridulce. Estás tan cerca, pero tan lejos; amándome y sin poder besarme; soñándome y sin poder hablarme; deseándome y sin poder tocarme. Te aíslas en un mundo diferente al mío, llenando de incertidumbre el futuro de nuestros días y queriendo transformar nuestro amor en un recuerdo de pasiones escondidas que vivieron en constante agonía.

Amarte más no pude, y las ansias de querer amarte a diario quizás no bastaron para ser motivo de lucha. Fui paciente, pero débil; soñadora, pero poco fuerte. Amarte ha sido una travesía y olvidarte un verdadero desafío. Nuestro día está por llegar, pero qué triste será despertar y saber que a mi lado ya no estás.

Annabel Lee.