sábado, 28 de julio de 2012

Extrañándote 24/7




Jueves, el último día que te vi, te respiré, te acaricié, y por supuesto, te besé.  Y fue como un suspiro descuidado, el tiempo total del día, de la semana, no alcanza para amarte tanto. Aunque finalizamos con un agrio despido, seco y sombrío, yo dormí como princesa encantada, como en esos cuentos de finales felices; lo triste del día siguiente fue despertar de ese sueño y percatarme de que ya no estabas, que nuestros tratos habían cambiado, que parecíamos volver al pasado, a aquel pésimo pasado, claro, en el que presumíamos desconocernos.



Viernes, y seguimos nuestra historia, ¿una nueva historia? Flash backs de nuestros más   bellos momentos no puedo evitar tenerlos en mente. ¿Y ahora qué viene? mi cándida mujer demente, que me arrebata las emociones intrínsecas de mi ser. ¿Acaso estás escribiendo un nuevo rumbo en tu vida? ¿uno que ni siquiera me incluye? Mi futuro contigo me genera dudas, pues esos pasados contigo han sido turbios y nuestro presente veleidoso.


Sábado, y aún no consigo ubicarme en nuestra nueva dirección. Más preguntas y preguntas surgieron hoy hacia nosotras. ¿Qué somos? ¿Qué hacemos?¿A dónde iremos? Sinceramente, te imagino sentada, protestando mentalmente contra todos mis actos frívolos y versátiles, preguntándote si te pienso si quiera un instante de mi día, si he decidido concienciarme y recapacitar ante mis errores. Pero no, yo permanezco intacta, quizás igual que siempre, inmóvil ante nuestras pocas esperanzas de hacer sobrevivir este amor.

Domingo, día de labores caseras. Hoy como siempre, miré el reloj de mi celular, revisé mi buzón de sms y hasta el registro de mis llamadas, pero no estabas tú; no había ni siquiera rastro de que por un segundo de este día, en tu cabeza yo haya rondado. Limpié, barrí, moví todo de lugar, aclaré la suciedad de mi espacio. ¿Pero mi alma? mi alma sigue vagabunda, moribunda y con la tinta de tu amor indeleble.

Annabel Lee.


 






Desastre de amor.


Me encuentro aquí, tratando de reseñar de alguna forma mis sentimientos, queriendo descubrir como descifrar lo que siento, como plasmar lo que hay en mis adentros.  Trato de buscar esa respuesta, esa que responda a tantas de sus preguntas…¿me amas? ¿me deseas? ¿qué hay dentro de ti? Y yo sólo callo y pienso…¿aún estará ahí? ¿seguirá latente en mi? Si no es así, ¿a dónde se ha ido?


Es difícil, al menos para mi, dar con las respuestas a aquellas preguntas; es como una clase de problema matemático, no tengo ni siquiera la fórmula. A veces no quiero imaginar que todo se haya ido, porque en su momento, todo fue increíble, todo fue como un sueño…¿y ahora? ¿Qué queda de aquella fantasía?

¿Sabes qué quiere decir cuando quieres a esa persona, pero no tan cerca de ti? Pero, a veces no puedo vivir sin ella, a veces es como si mi mundo girara a su entorno, como si no quisiera ser más que el aire que sus pulmones reciben, la brisa que roza su mejilla, o simplemente la lluvia que a sus labios remoja.

¿No es esto una melodía sin son ni ton? Es como navegar sin barco, sin timón ni buen tiempo…es un desastre de amor.

Annabel Lee.

Buenos amaneceres.

Sol brillante, núbes lúcidas…buenos amaneceres.
Con los rayos de sol estrellados en mi rostro me despierto esta mañana, con mi sábana envuelta de sueños reprimidos y de ilusiones desveladas. Cada mañana, como un nuevo comienzo, nos reporta un nuevo chance de existir para nuestras vidas.  Así que no es pertinente desaprovechar nuestros despertares, pues ignoramos las maravillas de cada día puesto a nuestro vivir.
Sol solecito, caliéntame un poquito…hoy ó mañana, por toda la semana!

Annabel Lee.

viernes, 27 de julio de 2012

Soledad.


Oh soledad! Qué bella luces cuando así callas, cuando ni tu presencia logra algún disturbio en mi. Eres mi más fiel compañía, el ingrediente perfecto de todos mis días. Y aunque hay quienes no saben vivir contigo, yo no hago más que seguirte, que compartir contigo mis vivires, mis alientos y mis postraciones.



Eventualmente me tropiezo en el camino con seres extraordinarios, que emanan cantidades de buena energía, lo cual es primordial para la vida de los seres humanos. Estamos normalmente acostumbrados a convivir, a dar, recibir, hablar, besar, abrazar, etc. Pero personalmente he hallado la mejor receptora  a los auxilios de todas esas necesidades propiamente humanas, y es ella, mi soledad infinita, y evidentemente palpable para mi.



Quizás sean múltiples vivencias las que me han enseñado a ver a la soledad como una aliada para mi alma; traiciones, mentiras, odios y enemigos, todos estos que me hicieron temerosa a las personas. El ser es un objeto predispuesto a tantas destrucciones por otros seres, que definitivamente su única salvación la logrará hallar en algún recóndito lugar, en donde sólo la soledad pueda ser su más íntima amiga.


Annabel Lee.


miércoles, 25 de julio de 2012

.::. Noche turbia .::.




Cae la noche y en un impetuoso infierno se transforma este día. La ligera frescura de la mañana se esfumó en la tarde lúgubre de nubes negras y relámpagos detonantes. Con el olor de la tierna flor que asoma sus pétalos en mi terraza, trato de perfumar esta terrible preocupación que abruma en esta noche a mi alma, por no saber con certeza a dónde irá a parar este hilo de ilusiones rotas.


El río empieza a sonar con alta rudeza, su envoltijo de agua opaca se desborda por la calle trasera de mi casa e inunda mi calma sin importar daño alguno; tan sólo cubre esta tímida mirada, la inunda de llanto y sollozos haciendo a mi cuerpo convulsionar en medio de la crujida tormenta y así es como la noche turbia comienza.


Agujeros en el tejado, llueve piedra y agua a cántaros. Nada ni nadie detiene esta tormenta nocturna. Crece el arroyo en la calle J, y mi terraza se inunda de esa nebulosa. La brisa con prisa viene a alejarme de la tranquila  tertulia sostenida entre mi gato y yo; viene, viene a arrasar con sus susurros guturales y dejando a su paso, rastros de desechos arrojados por el equívoco ente humano.


Sola, así he quedado después de los instantes de este embrollado momento. Sola, sin una ilusión, sin mi taza de té, sin mi florecita tierna, sin hilos que tejer. Así termina esta historia, con nudo y sin desenlace, con un comienzo a tientas y sin un final felíz. De esta manera, me despido con un hasta luego, pues queda mucho que barrer aquí, tal vez vuelva con el seguimiento de esta historia, o quizá le invente un final feliz.

Annabel Lee.


.::. La docente del amor .::.



Tierna y noble con un alma de sencillez y bondad, así eres tú mamá; la creadora de cinco vidas, la impulsora de la lucha y el esfuerzo, la defensora de los sueños y la ilustradora de metas cumplidas. Impetuoso y largo ha sido el camino que has recorrido, lleno de tropiezos , pérdidas y obstáculos. Pero tú, luchadora y constante, derribaste toda cadena que amenazara con aprisionarte en una celda del sendero que te impidiera salir adelante.


Me declaro fiel admiradora de la ligereza con que has tomado las adversidades, siempre con una cara amable, y así, el universo ha sabido recompensarte. Nunca echaste a florecer tus penas. Aprendí de ti, que aunque mi jardin interior pareciera estar marchito, hay que abonarlo para que florezca y luzca felíz.


Tú, querida madre, has sido la mejor maestra para mi; la maestra de la vida con cada enseñanza que me has transmitido a través de la ilustración de tu diario vivir. Has sido maestra de ricos y pobres, de buenos y malos, de inquietos y aplomados; una docente con calidad de madre, amiga y consejera; docente de español, matemáticas y hasta de lengua extranjera, pero lo mejor, es que has sido una docente de amor, con total entrega y vocación.


Maestra mía, maestra nuestra, con tu tablero, libro y marcador le has enseñado a casi todo un pueblo las ciencias básicas del aprender, pero en definitiva, tus mejores herramientas han sido sido el cuerpo, alma y corazón con los que impartes tus conocimientos para hacer de muchos de tus alumnos, miembros de una sociedad mejor.


Mamá, hoy quiero agradecerte por todo lo que nos has ofrecido hasta hoy. Sin duda, has sido una gran madre, compañera, hermana, amiga, tía y abuela, de quien todos guardamos hoy día una gran parte en nuestros corazones. Por eso hoy queremos celebrar tu valioso existir, porque has sabido llenar nuestras vidas de ingredientes simples como el hacer felíz.



Querida mía, querida nuestra, ¡felíz cumpleaños! una vez más, y ruego siempre a la luz divina que siga iluminando tu grandiosa vida por mucho tiempo más. ¡Sé feliz por siempre! Te adoro.

Con cariño,

tu hija adorada.

Anabel Arévalo Prada.

Con motivo del aniversario del natalicio de mi madre Ana Prada Márquez, mi luz, mi guía.(05/08/52)