martes, 21 de enero de 2014

Piso 21


Hoy la mente se satura de recuerdos inexactos, como flashbacks de alguna película que retrata la vida de mis pasados 20 años. Parece mucho tiempo si me pongo a pensar en todo lo que he vivido; he reconocido el poder de mi mente, he aprendido muchas cosas de la vida, lo necesario para ser feliz; he hallado un increíble amor, me he sorprendido, he sufrido, he superado etapas, otras quizás no, he perdido oportunidades, me he arrepentido, he aprendido de errores, de algunos todavía no, he amado, odiado también; he conocido gente increíble, he hecho amigos y he perdido a unos cuantos, he actuado con cordura, otras veces me ha dominado la locura, en resumen, he vivido lo que se supone que ha de ser vivido a mi edad.

Pero, si muriera esta noche, o mañana al despertar, mi estancia en aquel lugar al que he de llegar después de la vida, si es que lo hay, sería tormentoso, pensando en todo aquello que no logré hacer mientras mi corazón latía en la Tierra: viajar a muchos lugares, aprender un tercer idioma, escalar una montaña, adoptar un niño, lanzarme de un paracaídas, robarle un beso a alguien en la calle o en un bus, componer una canción, bueno, ahora que lo pienso mejor, quizás la idea de adoptar un niño la cambiaría por ayudar a muchos que lo necesiten…¡quién sabe!

Las manecillas del reloj cada vez danzan más rápido, la muerte nos asegura que este baile no durará mucho, pero la vida  a su vez nos reitera que hay que disfrutarlo al máximo y azotar cada baldosa de este amplio y diverso salón; escoge tu pareja, y no temas equivocarte si no logra danzar a tu ritmo, hay muchos más que esperan porque le concedas un chance; no importa el traje que llevas puesto, hazle saber a todos que te identifica y es con éste que has decidido danzar sin parar, disfrutar el son de la canción de fondo, brindar por los buenos recuerdos y emborracharte de emociones intensas.

Hoy es un escalón más el que la vida me ha dado el placer de subir y doy gracias por ello. Sé que los cambios en mí no se harán esperar, disfrutaré de cada uno de ellos y los tatuaré en mi diario de vida, ése que he empezado a escribir desde que nació en mí esa pasión por registrar cada momento, cada pensamiento, cada experiencia vivida, cada victoria ganada y cada derrota sufrida.

A.